viernes, 22 de mayo de 2009

Andrés Felipe Hincapié Quintero
Facultad de Derecho
Universidad la Gran Colombia
Curso 3.76
¿Partiendo de la última entrevista dada por Alfonso Cano (actual jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) a la revista Cambio 16 de España y los diferentes artículos que al respecto se han publicado será posible hablar de un acuerdo de paz serio para Colombia durante el mandato de Álvaro Uribe Vélez ?


Guillermo Sáenz Vargas, alias "Alfonso Cano" resaltó en su entrevista que en estos momentos se encuentran tan fuertes como hace 44 años, pues sus objetivos de justicia social, soberanía nacional y democracia avanzada en marcha al socialismo, se mantienen vigorosamente vigentes como producto de las estrategias del Régimen Político que incrementaron la violencia, ahondaron las diferencias sociales y mantienen arrodillada la dignidad nacional ante los gobiernos de los Estados Unidos; quienes con una millonaria inversión pretenden apaciguar los reclamos iniciados años atrás por el campesinado de Marquetalia, en el sur del departamento del Tolima, que exigía freno a la violencia paramilitar, tolerancia política, respeto a la propiedad campesina y mejoras en las condiciones de vida.

Lo que lleva a esa organización a soñar con alcanzar una igualdad social como consecuencia de profundos cambios, transformaciones, grandes desarrollos y participación popular masiva y muy activa, fundados en una Plataforma Bolivariana a la par con la implementada en Venezuela y consistente en los siguientes puntos planteados en la Agencia Bolivariana de prensa el pasado 16 de diciembre de 2007:

Las dos se definen en sus principios y accionar como bolivarianos, apuntando hacia la unidad, solidaridad y lucha de los pueblos de nuestra América.

Las dos son formas legítimas del clamor popular que responden justamente a la historia de intervencionismo norteamericano, a la historia de miseria, socavamiento, explotación de nuestros pueblos.

Las dos proponen el socialismo como necesidad para los pueblos de América latina y como única respuesta posible a la barbarie del capitalismo.

Las dos constituyen una fuerza importante que puede hacer frente al imperialismo.

Y propongan, aunque suene descabellado, una fuerza pública fundamentada en los principios bolivarianos de nunca utilizar sus armas contra el pueblo, participación democrática a nivel nacional, regional y municipal en las decisiones estratégicas que afecten a cada nivel, independencia en la elección de los organismos de control institucional, así como en la integración de las Altas Cortes. El énfasis económico se hará en la producción y en la autosuficiencia alimentaria, quienes más riquezas posean mayores impuestos pagarán, el 50 por ciento del presupuesto nacional se destinará a lo social y el 10 por ciento a la investigación científica. Tierras productivas para el campesinado con grandes incentivos y ayudas, estrategias para mantener el equilibrio ecológico, relaciones internacionales bajo el principio de la no intervención, legalización de la producción y comercialización de la droga con estrategias de sustitución de cultivos, respeto a los derechos de las etnias y las minorías. Todo lo anterior dándole prioridad a los acuerdos de paz.

De la misma manera, deja claro que a pesar de que el entorno ha cambiado la esencia de la crisis colombiana es la misma, debido al alto índice de corrupción fundado en un terror antipopular y paramilitar, la pugna de poderes y la nocividad del narcotráfico que producen una alta inestabilidad gubernamental debido al afán de todos los integrantes del conflicto por buscar sus propios propósitos y por ende que no se haya podido superar de manera eficaz el tema de la injusticia en el país.

Y ni que hablar de la respuesta que dio cuando le preguntaron “¿de qué le gustaría conversar con Uribe?” pues creo que cada uno podría sacar sus propias conclusiones, ya que en mi concepto, solo procura por acusarlo mas no aprovecharía la oportunidad para dialogar de algo realmente constructivo: Un verdadero proceso de paz en el cual se plantee el lugar, la fecha y la hora para iniciar las posibles soluciones al conflicto.

Para mayor ilustración se transcribe dicha respuesta: - “Llegado el caso, sería pertinente hablar con franqueza y rigor, sobre la concepción y práctica del terrorismo del Estado en Colombia. Seguramente podríamos despejar la maraña con que se oculta la verdad de la violencia social y política a la opinión, lo que es condición sin equa non para avanzar hacia la convivencia”-.[1]

Se siente, entonces, en las declaraciones dadas por Cano, que no hay una intención definida para negociar con el actual gobierno, pues permanentemente esta mencionando los abusos cometidos por el Gobierno, como por ejemplo los falsos positivos, en los cuales el pueblo es el más perjudicado y los altos funcionarios son condecorados y reconocidos como grandes personalidades.

Ahora mirando la otra cara de la moneda, se presenta una ambigüedad total, ya que si anteriormente el jefe guerrillero delega toda la responsabilidad a los gobernantes, en la columna publicada por Julián Rosero Navarrete el viernes 30 de mayo de 2008, en el portal virtual Equinoxio, se traslada parte de la responsabilidad a Alfonso Cano, pues puntualizan que siendo un personaje educado en una de las mejores universidades del país, y además, una persona dogmática y estructurada, si quisiere alcanzar la paz, en primer lugar, debe llevar al grupo insurgente a deponer las armas y establecer las condiciones para llegar a una negociación, colocando además en tela de juicio el despeje de Florida y Pradera, pues tildan esta solicitud de sospechosa ya que este sería un lugar estratégico para la comunicación de los dos grandes bloques que operan en la actualidad: el bloque sur y el central.

O creen ustedes que se podrían sacar buenos frutos teniendo en cuenta la siguiente percepción del columnista Rosero Navarrete: -“Al mejor estilo de las “guerras de comida” de cualquier guardería colombiana, todos se tirarían puyas con todos, y finalmente, todos se tildarían de malos con todos. De un lado, unos en su “ilusión” de la resistencia armada, y del otro, emanando su arrogante “triunfalismo”. Unos que de orgullo no mostrarían a su contraparte su debilidad militar, y otros, con su delirio de “victoria”, tratarían de persuadir al otro o si no… ¡pailas! Algo definitivamente muy de colombianos; ¿algún colombiano se imagina a Alfonso Cano, Pablo Catatumbo y Timoleón Jiménez teniendo una plena y armoniosa conversación con el Ministro Arias, el Ministro Holguín y José Obdulio Gaviria? O en su defecto, ¿si el Presidente Uribe a duras penas saluda al alcalde de Bogotá siendo este tan sólo del partido opuesto, alguien se podría imaginar un fraternal abrazo entre éste y el comandante de las FARC como en su momento lo protagonizaron Pastrana y Marulanda?”-.
[2]

En este caso, ya se tienen dos argumentos, uno de izquierda, otro que debe ser imparcial y ahora como para enmarcar o mejor dicho completar el cuadro que actualmente se vive en nuestra sociedad miremos el concepto de los de derecha:

El presidente Álvaro Uribe, como acostumbra en sus famosos consejos comunales, se refirió bastante molesto en esta ocasión a la entrevista dada por Cano al periodista Jorge Melgarejo, director del departamento internacional del semanario Cambio 16 de España diciendo que las FARC se están burlando nuevamente de la Prensa internacional pues no es lógico, palabras textuales del presidente Uribe, -“un diálogo para hablar de Derechos Humanos y a la semana le ponen un carro bomba a una plaza popular de Neiva. Nosotros no les vamos a creer ese cuentico. Si quieren la paz, que cesen todas sus actividades de violencia y que devuelvan a todos los secuestrados. Nos iban a engatusar en diciembre buscando otra vez crearle dificultades a las relaciones internacionales del país"-.
[3]

Como se puede observar, de la misma manera en que un lado ataca, el otro responde, incluso pueden cambiar su visión muy a menudo hasta el punto que si hoy piensan y se proyectan de una manera, ante una duda la cambian y es por ello que esto les impide que el uno o el otro salga avante; es pues incorrecto y poco serio, y más aún injusto hablar de una responsabilidad unilateral, pues hay quienes piensan que la iniciativa la debe tomar el gobierno, otros que las FARC, pero nada claro al respecto, y todo como consecuencia de que ninguna de las partes están fortalecidas en sus principios;

Con este contexto, un proceso de paz esta totalmente lejos, por lo menos en cuanto a este gobierno se refiere, pues los intereses particulares están primando sobre los generales; y mientras ninguno de los actores del conflicto de un paso adelante este seguirá cada vez mas perdido en los simples deseos de millones de colombianos, que anhelan tener un país digno, que sea el fiel reflejo de nuestra idiosincrasia.






[1] MELGAREJO, jorge. director del departamento internacional del semanario “CAMBIO 16 DE ESPAÑA” publicado el viernes 9 de enero de 2009
[2] ROSERO NAVARRETE, Julián. ¿Qué se viene con Alfonso Cano?, Equinoxio. Viernes 30 de mayo de 2008.
[3] Uribe responde a entrevista de “Alfonso Cano” en revista española Cambio 16. Entrevista a RCN radio.

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