¿CUÁL ES EL VERDADERO FIN DE LAS LIBERACIONES?
PRESENTADO A:
GUSTAVO BUENO ROJAS
MARIO FELIPE MARULANDA
COD. 6000811395
GRUPO 3-76
UNIVERSIDAD AL GRAN COLOMBIA
FACULTAD DE DERECHO
BOGOTA D.C.
16 DE MAYO DE 2009
¿CUÁL ES EL VERDADERO FIN DE LAS LIBERACIONES?
En los últimos meses se han presentado una serie acontecimientos favorables para el país, se ha visto la disposición que ha tenido el gobierno nacional y el grupo armado FARC, que ante la eminente pérdida sus principales cabecillas y de terreno militar, buscan un oxígeno urgente y el único instrumento que tienen hoy para ello son los secuestrados. Es posible que insistan en un intercambio, pero sin las condiciones que han puesto en el pasado, como el despeje de un territorio como lo es Pradera y Florida en el Valle del Cauca.
Hay varias razones que llevarían a las Farc a dejar ese delito de lesa humanidad. El balance del secuestro ha sido nefasto para su lucha armada. Ante los ojos de la comunidad internacional, son vistos hoy como civiles criminales que no les importa el sufrimiento que puede padecer no solo el pueblo colombiano sino una familia que se debate entre la alegría y la tristeza de quienes quedan libres y quienes se quedan o han muerto en cautiverio.
Siempre está en la mira el protagonísmo de todos los que interactúan para la realización de este fin. Las liberaciones de secuestrados en Colombia son sinónimo de movimientos políticos y de lucha de egos particulares en donde, hasta algunos secuestrados o exsecuestrados, sacan ventaja de su condición de victima, sobre todo entre los que son políticos. En las recientes liberaciones tienen un poco de publicidad, actuación y sobre todo campañas políticas. Actuaciones que no ofrecen la más sincera mediación en la búsqueda de la paz. Y dejando de un lado a los secuestrados y a sus familiares.
Pero que fin se busca con estas liberaciones, es realmente solo la buena voluntad de una de las partes, no hay que olvidar que pocos minutos después de su liberación Sigifredo López empezó a hablar ante una multitud con micrófono en mano, pronunció un discurso largo ante una plaza saturada de gente, al que le siguió una rueda de prensa en tono de campaña, que seguían millones de colombianos por la televisión. Literalmente, y sin escalas, pasó del aislamiento infernal del secuestro a la tribuna pública. Es una recapitulación usual en la tragedia de los conflictos. Basta recordar cómo Nelson Mándela, después de 20 años de cárcel salió directamente a la Presidencia de Sudáfrica, y la influencia que tuvo su condición de víctima del Apartheid para que se convirtiera en figura mundial. Lo mismo que el dramaturgo Vaclav Havel, quien después de años de cárcel y de ser proscrito por los comunistas, se reivindicó al ser elegido Presidente de Checoslovaquia, cuan colapsó el régimen. En Colombia, conservando las proporciones, podría estar pasando algo similar con los políticos que han recuperado la libertad y cuya condición de víctimas de la guerrilla los ha proyectado nacional e internacionalmente, han incrementado su capital político y les ha dado opciones reales de ser protagonistas de la política de primera plana.
Lo que está demostrado es que la política se construye en lo emocional y que una historia humana cargada de dolor, como el secuestro, con adecuadas dosis de discurso y una estrategia política sencilla, los puede catapultar en las próximas elecciones. Así ocurrió, por ejemplo, con el ex ministro Fernando Araújo, quien estuvo secuestrado durante seis años y se fugó en enero de 2007. Por su condición de víctima de inmediato fue nombrado Canciller, para que diera testimonio en el mundo entero sobre los métodos inhumanos que usan las FARC con sus rehenes. Aunque su gestión no ha merecido muchos elogios, ahora es un firme aspirante a la candidatura conservadora para la Presidencia. Otro ejemplo claro es la excandidata Ingrid Betancourt quien era también un personaje controvertido y radical, y su marcación en las encuestas para Presidencia no llegaba al 2 por ciento (%). No obstante, ya libre, llegó a ser la persona con más preferencia entre la opinión, después de Álvaro Uribe. Es cierto que a ellos el secuestro no los convirtió en políticos, puesto que ya lo eran, y justamente por eso los secuestraron. Pero el cautiverio sí les da una fama y un reconocimiento con la opinión que ningún hombre en busca de votos puede despreciar. La gente los quiere y los admira, los medios de comunicación todavía tienen sus reflectores sobre ellos y sus palabras son escuchadas con respeto porque desde la autoridad moral triunfaron sobre la violencia.
Uno de los políticos que ha tenido mayor protagonismo después de su liberación es el ex gobernador de Meta Alan Jara, de filiación liberal. Por un lado, puso a todo el país a hablar sobre su discurso, en el que le hizo duras críticas al presidente Álvaro Uribe. Estas tuvieron tanto impacto en la opinión, que el propio Uribe viajo a Villavicencio para hablar con él y responder a sus comentarios. Si bien Alan Jara ya era popular en Meta, ahora tiene el respaldo para lanzarse a lo que quiera, bien sea el Congreso o la Gobernación. Aunque es prematuro saber qué decisión política tomará, lo que sí ha dejado claro es que volverá a la política y que apostará duro por el intercambio humanitario y el diálogo con las Farc.
Caso aparte tiene Clara Rojas. Aunque en el momento del secuestro era prácticamente desconocida, su amistad con Íngrid Betancourt y la apasionante historia del hijo que tuvo secuestrado, la pérdida del pequeño y su feliz reencuentro, la pusieron en un nivel de interés nacional e internacional que muchos envidiarían. Clara siempre ha sido una persona independiente y de centro, y esa actitud se ha reflejado en estos meses, pues aunque ha mantenido su presencia en los medios y defendido la idea de un intercambio humanitario, nunca ha sido radical frente a las políticas del gobierno. Aunque Clara no está en campaña, ya está en la mira de varios partidos que la quieren en sus listas futurasAnte ese hecho ya consumado, el de que los secuestrados ahora en libertad quieren sumergirse de nuevo en el caos de la política.
En un país como el nuestro, sin ambiciones, falta de interés, pero sobre todo por falta de cultura hace que su gente sea capaz de vender su voto por un refrigerio, por un tamal, ó por un mejor puesto administrativo en alguna de las entidades públicas, me atrevería a pensar que es casi es seguro que todos los exsecuestrados que se postulen a la candidatura de cualquier partido político, ó como candidatos presidenciales saldrán elegidos, y más utilizando la figura del secuestro como campaña política, confundiendo al pueblo entre política y el recuerdo.
No va ser suficiente, si bien las emociones son importantes, en la política no bastan. Es aquí donde debemos reflexionar sobre el futuro que queremos para nuestros hijos, queremos a un representante de presidente que tenga las ideas de venganza y rencor, y que crea que la solución es combatir la violencia con más violencia, como el actual presidente que combatido a un grupo y no lo ha vencido y pasaran generaciones y no lo podrán acabar.
No se que tan bueno será que alguno de ellos logre su objetivo lo único que esperamos es que sea lo mejor para el país, Y que ojala se sigan presentado más liberaciones por parte de las FARC. de verdad que hay que estar en los zapatos de estas personas “los rehenes” que por años están allí pasando tantas calamidades y quien sabe que otras cosas más les prepara el destino.
Lo más valioso es la libertad. Estoy feliz por que se den canjes humanitarios, estoy deacuerdo con los rescates por parte de la fuerza pública y todas aquellas acciones con tal de alludar a aun grupo de personas que se debaten entre la vida y la muerte, que hacen de un conflicto al cual nadie los invito.
Ahora bien mi pregunta es que habrá detrás de todas estas liberaciones. ¿Que ganarán las Farc, el gobierno colombiano, y todos aquellos que intervienen en este proceso?, habrá algún intercambio, habrá dinero de por medio, narcotráfico, armas, información, o será propaganda electoral a futuro para las partes involucradas, lo único que esperamos todos los colombiano es poder poner fin a este flagelo que durante años nos ha tocado vivir y que todo el pueblo Colombiano rechaza de manera unánime.
viernes, 22 de mayo de 2009
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